Ya sea en automóviles para circuitos de carreras de todo el mundo o en algunas versiones de producción especiales, hoy, 90 años después, todos ostentan el “Quadrifoglio Verde”, famoso símbolo de Alfa Romeo para definir su filosofía que se basa en la búsqueda constante de la excelencia aplicada a las carreras.
Su fama se remonta a 1923, cuando el “Quadrifoglio” se convierte en un emblema ligado indisolublemente a Alfa Romeo gracias al piloto Ugo Sivocci, quien decide correr la Targa Florio con este símbolo pintado sobre el capó de su ‘RL’, conquistando la primera de diez victorias de la marca en esa prestigiosa competición.
Desde entonces, todos los Alfa Romeo de competición se identificaron con este amuleto conocido en todo el mundo, el mismo que a partir de los años 60 caracterizó algunos Alfa Romeo de producción normal pero con las más altas prestaciones.