En el año fiscal cerrado el 31 de marzo, el mayor fabricante de vehículos del mundo, la japonesa Toyota, multiplicó por más de tres su resultado neto en un año, recuperando así el impulso perdido tras numerosas dificultades por fallos técnicos en los vehículos, catástrofes naturales y conflictos entre China y Japón.
Toyota tuvo beneficios netos de 962,200 millones de yenes (7,400 millones de euros/9,700 millones de dólares). El año pasado el resultado había sido de 283,500 millones de yenes. Según informó la empresa japonesa, la facturación aumentó un 18.7%.
En el trimestre de enero a marzo las ganancias netas se incrementaron a 314,000 millones de yenes, tras registrar 121,000 millones de yenes en los mismos meses del año anterior. Los buenos resultados se consiguieron gracias a la depreciación del yen y el aumento de las ventas en el principal mercado, Estados Unidos, así como en Asia. En el mercado norteamericano se vendieron unos 2,5 millones de coches, 595,381 más que en 2011/12. En Asia la cifra fue de 1,7 millones de vehículos, 356,749 más. En Europa, Toyota (dueña también de las marcas Lexus, Hino y Daihatsu) vendió 799,000 automóviles, unos mil más que un año antes.